La terapia celular se ha definido como la transferencia de células vivas autólogas o alogénicas a un paciente con el objetivo de curar una enfermedad o aliviar sus síntomas. Las células transferidas pueden ser pluripotentes, multipotentes o diferenciadas. Los productos de terapia celular pueden ser relevantes para atender necesidades no cubiertas de los pacientes en una amplia gama de disciplinas médicas, como la oncología, la medicina regenerativa, la inmunología y la neurología.
Los productos de terapia celular corren el riesgo de contaminación durante todas las fases de su fabricación, incluida la obtención de los reactivos iniciales, el proceso de fabricación y el almacenamiento o distribución del producto final. Las fuentes de contaminación en el laboratorio pueden ser el agua, el medio de cultivo celular, el suero, otros reactivos celulares, material de vidrio o plástico contaminado, o el contacto con piel, guantes y superficies contaminadas. Además, existen diferentes tipos de contaminación, como la bacteriana, la vírica, la fúngica o la endotoxina.
Las endotoxinas son un componente de las membranas externas de las bacterias gramnegativas que se liberan principalmente durante la lisis bacteriana. Son pirógenos potentes que, si acceden al torrente sanguíneo, pueden inducir fiebre, endotoxemia, sepsis e incluso conmoción.
Varios factores aumentan el riesgo de contaminación por endotoxinas en el laboratorio, entre ellos su iniquidad en el medio ambiente, su resistencia al autoclave y a la radiación y su afinidad por los materiales plásticos. En consecuencia, existen estrictos requisitos reglamentarios para los límites de endotoxinas en los productos farmacéuticos parenterales, incluidos los productos de terapia celular, que tienen por objeto prevenir la contaminación por endotoxinas.
Debido a la gravedad de la posible contaminación por endotoxinas, las pruebas de endotoxinas deben realizarse no sólo durante la fase final de liberación del producto, sino también durante todo el proceso de fabricación, incluidas las evaluaciones de las materias primas y accesorios y de los materiales utilizados durante todo el proceso de fabricación.
El estándar de oro para la determinación de endotoxinas, que también se utiliza en productos de terapia celular, es el ensayo del lisado de amebocitos de Limulus (LAL). Se basa en la incubación de proteínas extraídas de la sangre de cangrejos herradura con una muestra analizada en busca de contaminación por endotoxinas. Si la endotoxina está presente, se iniciará una reacción de coagulación y se formará un coágulo. Existen diversas variaciones del ensayo de LAL:
Además del ensayo LAL tradicional, se han desarrollado ensayos recombinantes respetuosos con el medio ambiente. Ellos incluyen: