Actualizado el 16 de Enero 2025.
Los betaglucanos, un grupo diverso de polisacáridos, se encuentran en las paredes celulares de varios organismos, como bacterias, levaduras, hongos, algas, setas y plantas, y presentan una amplia gama de estructuras químicas. Si bien los betaglucanos pueden no ser tan potentes como las endotoxinas bacterianas a la hora de estimular el sistema inmunitario, sí tienen la capacidad de modular las respuestas inmunitarias.
Los betaglucanos pueden contaminar los productos farmacéuticos durante la fabricación, potencialmente procedentes de fuentes como el equipo de protección personal (EPP), los materiales a base de celulosa como los filtros de acetato de celulosa y los tapones de algodón, o la contaminación fúngica de los materiales iniciales (incluida la sacarosa y los buffers que contienen sacarosa), las herramientas y el equipamiento, lo que supone un reto para la calidad y la seguridad de los productos farmacéuticos.[1]
Mientras que las endotoxinas bacterianas cuentan con normativas establecidas, actualmente no existen regulaciones para los niveles de contaminantes betaglucanos que se encuentran en los productos farmacéuticos. No existe un método exhaustivo y estandarizado para detectar estas sustancias, ni un enfoque unificado para establecer los niveles aceptables. A pesar de ello, existe un movimiento global en la industria y entre los organismos reguladores para identificar y medir los betaglucanos, y para establecer límites seguros para estas sustancias.[2]
Al igual que la endotoxina, los betaglucanos desencadenan una reacción en cadena en la que intervienen proteínas que se encuentran en el lisado extraído de los amebocitos del cangrejo herradura, Limulus polyphemus, ampliamente utilizado en el ensayo del lisado de amebocitos de Limulus (LAL). El lisado de amebocitos, en su estado natural, contiene dos proteínas específicas que inician la cascada proteolítica cuando se exponen a la endotoxina y a los betaglucanos. Durante la detección de endotoxinas, si el ensayo LAL se realiza con lisado sin procesar, la presencia del factor G puede dar lugar a un resultado falso positivo para los betaglucanos.[3]
Para eludir la interferencia causada por los glucanos, el ensayo se ajusta para incorporar reactivos bloqueadores de glucanos o se realiza con factor C recombinante. Del mismo modo, cuando se elimina el factor C del lisado, el factor G residual desencadena una cascada proteolítica en respuesta a la detección de betaglucanos.[4]
Asimismo, un valor de pH que se desvíe del rango óptimo de 6 a 8 puede provocar la desnaturalización e inactivación de las proteínas, aumentando así la probabilidad de obtener resultados falsos negativos. PYROSTAR™ ha creado una novedosa línea de reactivos ES-F, dirigidos específicamente a las endotoxinas, con la ventaja añadida del buffer ES-F ya incorporado en la formulación. Los reactivos PYROSTAR™ ES-F están específicamente diseñados para evitar reacciones con (1→3)-β-D-glucano, minimizando la posibilidad de resultados falsos positivos. Además, estos kits incorporan un buffer ES-F, que utiliza Tris para neutralizar tanto ácidos como bases, manteniendo eficazmente el pH de la mezcla de reacción dentro del rango ideal de 6-8. Este control del pH minimiza la probabilidad de resultados falsos negativos.
Referencias
1.Neun, B.W., et al., Detection of Beta-Glucan Contamination in Nanotechnology-Based Formulations. Molecules, 2020. 25(15).
2.Barton, C., et al., Beta-glucan contamination of pharmaceutical products: How much should we accept? Cancer Immunol Immunother, 2016. 65(11): p. 1289-1301.
3.Roslansky, P.F. and T.J. Novitsky, Sensitivity of Limulus amebocyte lysate (LAL) to LAL-reactive glucans. J Clin Microbiol, 1991. 29(11): p. 2477-83.
4.Tran, T. and S.G. Beal, Application of the 1,3-β-D-Glucan (Fungitell) Assay in the Diagnosis of Invasive Fungal Infections. Arch Pathol Lab Med, 2016. 140(2): p. 181-5.
Lisa Komski es la Directora general de ventas de la División LAL de FUJIFILM Wako Chemicals U.S.A. Corporation. Con una carrera profesional de casi 30 años en los sectores de la química y la biotecnología, se ha consolidado como una excelente profesional del desarrollo de negocios, con un gran enfoque en el servicio al cliente. De pequeña soñaba con ser doctora, por lo que tener la oportunidad de gestionar la línea PYROSTARTM durante los últimos 6 años le ha permitido participar en una empresa dinámica que apoya esta pasión para ayudar a proteger la salud y la seguridad de los demás. Lisa cuenta con una licenciatura en Biología y Tecnología Médica y también habla con fluidez tanto el inglés como el español. Cuando tiene tiempo libre, a Lisa le gusta pasar tiempo con su familia, sus amigos, viajar al extranjero y mimar a su adorable nieto.