La obtención de datos reproducibles y precisos es un requisito previo para el buen funcionamiento de cualquier laboratorio. Para lograr este objetivo, los laboratorios suelen establecer protocolos experimentales detallados con un uso consistente de reactivos e instrumentos. Sin embargo, el cambio de un reactivo puede ser necesario debido a su discontinuidad, alto costo o acceso limitado, o porque ha aparecido en el mercado un reactivo nuevo y más adecuado. Lamentablemente, este cambio de reactivo puede dar lugar a una variabilidad de los datos. Además, incluso diferentes lotes del mismo reactivo pueden causar variabilidad de los resultados.1 ¿Qué medidas puede tomar un laboratorio para asegurarse de que la sustitución de un reactivo por otro no afectará negativamente a la calidad y fiabilidad de los datos obtenidos?
Un nuevo reactivo puede requerir modificaciones de cualquiera de los pasos implicados en su uso. Por ejemplo, puede haber cambios en las instrucciones respecto de su reconstitución, manipulación, almacenamiento o procedimientos experimentales. Por ello, es importante revisar cuidadosamente las instrucciones del fabricante de los reactivos de reemplazo y asegurarse de que todas las modificaciones requeridas se aplican adecuadamente.
Antes del primer uso de un nuevo reactivo o lote de reactivos, se recomienda comparar su rendimiento con el del reactivo que se va a sustituir. El diseño exacto y la extensión de los experimentos de control dependen del tipo de reactivo sustituido y del propósito de su uso previsto (investigación o diagnóstico). Los estudios cruzados se emplean ampliamente para comparar el rendimiento de un nuevo lote o reactivo con el utilizado anteriormente.2 También se pueden incluir controles estándar no solo para determinar la calidad de los nuevos reactivos y lotes, sino también para supervisar el rendimiento de un ensayo de forma regular.
Cambiar a un nuevo reactivo es especialmente difícil para determinadas clases de reactivos, como los anticuerpos.3 El diseño y la fabricación de anticuerpos es un proceso complejo que implica la identificación de una secuencia de interés confiable, la purificación de alto grado y la determinación de la especificidad. Por lo tanto, el rendimiento de los nuevos anticuerpos debe garantizarse utilizando controles positivos y negativos adecuados y seleccionando las condiciones experimentales óptimas. Las líneas celulares también plantean retos especiales porque su rendimiento depende de su número de pasajes, o subcultivos, y de las condiciones de cultivo. Además, una deriva genética, una manipulación inadecuada o la contaminación pueden comprometer el rendimiento experimental de los cultivos celulares.
Si la sustitución de un reactivo da lugar a datos inconsistentes o poco fiables, la resolución de problemas debe abordar múltiples cuestiones potenciales. El apoyo del fabricante es crucial para resolver los problemas relacionados con el propio reactivo. La mayoría de los fabricantes ofrecen tanto recursos detallados en línea como asistencia en persona si así lo solicitan los investigadores. Además, los instrumentos deben someterse a un buen mantenimiento y a revisiones periódicas para garantizar que no contribuyen a crear problemas experimentales. Por último, debe tenerse en cuenta la posibilidad de que se produzca un error de manipulación, y debe proporcionarse al personal capacitación e indicaciones adecuadas.